De Varia Commesuración

Galería Birimbao

Sevilla, enero-febrero de 2020GloriaMartin. Vista "De varia commesuración". Galeria Birimbao. Sevilla. Enero-Febrero 2020.

De varia commesuración

Alberto Hevia

 

Birimbao empieza el nuevo año con la última propuesta de Gloria Martín Montaño, una creadora que, con el paso del tiempo, ahonda cada vez más en la pintura como lugar para el conocimiento y la reflexión.

A través de un procedimiento creativo riguroso, consigue dominar las reglas y los tiempos del mundo pictórico. Al mismo tiempo, su particular visión de la pintura le hace plantearse un interrogante: ¿Qué hay detrás de? Detrás de los soportes y los bastidores, detrás de los estudios de pintores, escultores o diseñadores, de los espacios que almacenan cuadros. Qué hay detrás de lo visible, de lo presentido, de lo imaginado. Mas aún, quiere saber del trabajo del artesano que labora los colores, del marmolista, del ebanista y sus instrumentos, de las máquinas y herramientas de dibujo que ajustan cánones, de maquinarias que ofrecen territorios y escenarios nuevos para la escultura, los escorzos y las siluetas. Así, se informa del uso de los espejos, de la sombra chinesca, de la interposición de un vidrio plano entre el dibujante y el modelo propuesto por Leonardo da Vinci. Todo le interesa y todo entra en el mundo conceptual que desea aprehender e interiorizar, proyectándolo después en sus obras. Toda una labor que Regina Pérez Castillo catalogaba con acierto como “metapictórica”, es decir, con sus propias palabras: “reflexionar sobre la actividad del dibujo o la pintura a través de su práctica”.

Titula la exposición: “De varia commensuración”. Una referencia al trabajo de Juan de Arfe y Villafañe que, desde su publicación en Sevilla a finales del siglo XVI, fue la guía imprescindible para todos los patrones artísticos y científicos relativos tanto a la escultura como a la arquitectura y que se mantuvieron, tras sucesivas ediciones, hasta bien entrado el siglo XIX, cuando el problema de las proporciones comenzó a perder interés. Los cuadros forman un conjunto de óleos sobre lino con diferentes tamaños, pero con un tema muy marcado, la voluntad de escudriñar en profundidad los instrumentos que apuntalan el dibujo de los siglos pasados desde la perspectiva y los saberes del siglo XXI.

El resultado es magnífico y responde, una vez más, a esos binomios a los que Vanessa H. Sánchez se refería recientemente: lleno-vacío, interior-exterior, realidad-representación, fruto de su dialéctica personal y de una última pasión: la docencia. Ese intercambio constante entre lo que se enseña y lo que te enseñan, esa síntesis entre lo que se ofrece y te ofrecen. De nuevo, la artista destaca por su enorme capacidad técnica, la sobriedad y el dominio en la composición y el acierto en el uso del color y sus matices.

Entre los cuadros que componen la muestra, hacemos referencia a una serie de cajas con diferentes elementos geométricos y una sencillez estética que marca la belleza cierta de los objetos más cotidianos en el estudio de formas y volúmenes. Particularmente una, corresponde a diferentes elementos relacionados con el color. En otras cajas, las piezas recuerdan los juegos del tangram surgiendo en tonos blancos, ocres en ocasiones. Destacar las plantillas curvas evidenciando el discurrir de la línea hacia la conquista del espacio bidimensional.  

En pleno dominio de un lenguaje propio, Gloria ofrece dos espléndidos cuadros representando pantógrafos en los que compagina colores amarillos y negros o verdes sobre ocres, marcando formas y destacando el movimiento de los lápices. También está presente un homenaje a los compañeros ebanistas y sus plantillas de trabajo. En otro de los cuadros, muestra un gran espacio de enseñanza y estudio compuesto por los caballetes de los alumnos sobre un sólido fondo oscuro, consiguiendo resaltar esos elementos básicos en el aprendizaje de la construcción de la imagen.

Las obras de Martín Montaño siempre tienen una historia detrás. Son relatos que interaccionan y abarcan un tema único, en este caso: De varia commensuración. Pero, al final, funcionan de manera autónoma y son capaces de brillar en cualquier espacio como resultado de un verismo muy personal puesto al servicio del deseo más íntimo: enseñar, aprendiendo.




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© De la imágenes: Liberto Romero y Gloria Martín.